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Tras algunas vacilaciones por ambas partes, todo apunta a que Kamala Harris y Donald Trump finalmente se presentarán juntos en el debate. Según informes, ambas campañas acordaron celebrar un debate el 10 de septiembre, que será televisado por ABC. Trump había acordado inicialmente participar en el debate contra el presidente Joe Biden, pero se retiró temporalmente del evento después de que Harris reemplazara a Biden en la candidatura presidencial demócrata el mes pasado.
Sin embargo, Trump anunció en conferencia de prensa que su campaña acordó celebrar tres debates, dos de los cuales serán transmitidos por Fox y NBC. La campaña de Harris aún no ha acordado las demás fechas, pero sabemos que ambos candidatos compartirán escenario el 10 de septiembre. La sede del evento aún no se ha determinado.
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Probabilidades del debate presidencial
Apuesta de proposición | Favorito de apuestas | Elegir |
---|---|---|
Ganador del debate | Kamala Harris (-250) | Donald Trump (+185) |
Primer estado mencionado por Harris o Trump | California (+200) | California (+400) |
¿Se darán la mano los candidatos? | No (-450) | No (-450) |
El color de la corbata de Trump | Rojo (-3000) | Azul (+800) |
El color del atuendo de Harris | Azul (par) | Negro (+250) |
Probabilidades de ganar el debate
- Kamala Harris: -250
- Donald Trump: +185
El primer argumento que analizaremos es qué candidato se considerará ganador. Ganar un debate es difícilmente cuantificable ni científico, por supuesto. Es en gran medida subjetivo. Tu tío ultra-MAGA podría tener una opinión diferente a la tuya sobre el ganador.
Para esta propuesta, Bovada especifica que el ganador se determinará según la primera encuesta a los espectadores del debate realizada por ABC News para FiveThirtyEight. Si ninguno de los dos medios publica una encuesta antes del 20 de septiembre, Bovada afirma que consultará con otras encuestadoras fiables para tomar una decisión final.
El 27 de junio, Trump y Joe Biden compartieron el escenario del debate. La actuación de Biden fue tan pésima que finalmente lo llevó a abandonar la contienda. La encuesta de FiveThirtyEight indicó que el 60% de los espectadores consideró a Trump como ganador, mientras que solo el 20,8% opinó que Biden tuvo un mejor desempeño en el escenario esa noche.
Las probabilidades de ganar el próximo debate son claramente favorables para Kamala Harris, y con razón. Harris es conocida por su estilo agudo y fiscal, que perfeccionó durante su etapa como Fiscal General de California y posteriormente en el Senado de los Estados Unidos. Su capacidad para analizar minuciosamente los argumentos y ofrecer respuestas concisas e impactantes la convierte en una oponente formidable en cualquier debate. Además, la opinión pública suele inclinarse hacia ella cuando se presenta como una figura serena y racional, cualidades muy valoradas en un debate. Las probabilidades reflejan la expectativa de que superará a Trump, especialmente entre el electorado general y los comentaristas de los medios.
Donald Trump, por otro lado, es conocido por sus actuaciones poco convencionales y a menudo grandilocuentes en los debates. Si bien su estilo genera divisiones, resulta muy atractivo para su base, que considera su agresividad y franqueza como puntos fuertes. Las probabilidades de Trump, de +185, sugieren que, si bien no es el favorito, existe una gran posibilidad de que logre influir lo suficiente en la opinión pública como para ser declarado ganador. Su naturaleza impredecible le permite lanzar algunos ataques efectivos contra Harris, sobre todo si logra capitalizar cualquier debilidad o error percibido que ella cometa durante el debate.
Si bien la campaña electoral de Harris en 2020 fue efímera, sí tuvo un buen desempeño en los debates contra otros aspirantes demócratas. Posiblemente el momento más memorable de toda su campaña ocurrió cuando desafió directamente a Biden sobre su historial en el transporte público y otros temas raciales.
El factor crucial aquí reside en cómo se realizan las encuestas posteriores al debate. Si se basan en la opinión pública general, la ventaja de Harris es clara, especialmente dado su atractivo para un público más amplio. Sin embargo, si Trump logra impulsar a su base con una actuación destacada, y si esta acude con fuerza a las encuestas, el resultado podría inclinarse a su favor. Por lo tanto, si bien Harris es la apuesta más segura, quienes buscan valor podrían considerar a Trump, sobre todo si creen que el debate podría centrarse considerablemente en temas en los que se siente más cómodo.
Apuesta: Donald Trump (+180)
Primer estado mencionado por Harris o Trump
- California: +400
- Pensilvania: +400
- Georgia: +500
- Minnesota: +600
- Wisconsin: +600
- Arizona: +700
- Nueva York: +700
- Florida: +800
- Míchigan: +1200
- Carolina del Norte: +1200
- Nevada: +2000
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California y Pensilvania son cofavoritos con +400 para ser los primeros estados mencionados en el debate. Ambos estados tienen razones de peso para ser mencionados desde el principio. California, por ser el estado natal de Kamala Harris, es un claro contendiente. Harris podría mencionar a California como modelo de políticas progresistas exitosas o para hablar de sus propios logros durante su mandato como Fiscal General. Dada su profunda conexión con el estado, no sería sorprendente que lo mencionara al principio de su discurso inaugural o al responder a una pregunta sobre política nacional.
Esto también podría suceder a la inversa, por supuesto. Uno de los principales argumentos del Partido Republicano es que Harris es una “liberal de San Francisco”, lo que implica que sus plataformas y creencias son demasiado izquierdistas como para atraer al electorado estadounidense en general.
Sin embargo, es igualmente probable que se mencione Pensilvania, especialmente por Trump. Como estado clave en la contienda electoral, Pensilvania ha estado en el centro de numerosas batallas electorales, incluyendo las polémicas elecciones presidenciales de 2020. Trump suele mencionar Pensilvania al hablar de la integridad electoral y la demografía de los votantes, lo que la convierte en una candidata probable para una mención temprana, sobre todo si el debate aborda temas relacionados con el proceso electoral o la manufactura.
Pensilvania es posiblemente el estado más importante desde el punto de vista del Colegio Electoral. Si bien ambos candidatos tienen opciones viables para la victoria incluso si pierden el Estado Clave, el ganador de los 19 votos electorales del estado tiene un camino mucho más claro para superar el umbral de los 270 votos.
Otros estados como Georgia y Florida también compiten. Georgia, tras haberse inclinado por el Partido Demócrata en las elecciones de 2020 por primera vez en décadas, podría ser citada por cualquiera de los candidatos como un símbolo del cambio de rumbo político. Florida es el estado adoptivo de Trump. Si bien Harris tiene pocas posibilidades de inclinar la balanza del Partido Demócrata en el Estado del Sol, las encuestas aún favorecen a Trump como ganador por tercera elección presidencial consecutiva.
Dadas estas consideraciones, California, con +400, presenta un valor sólido debido a la conexión de Harris, mientras que Pensilvania ocupa el segundo lugar debido a su importancia para ambos partidos.
Dado que aún no tenemos una sede confirmada para el debate, este podría estar sujeto a cambios. El primer debate se celebró en Atlanta, y sería sorprendente que el próximo no se celebre también en un estado clave como Pensilvania, Michigan o Wisconsin.
Apuesta: California (+400)
¿Harris y Trump se darán la mano?
- Sí: +300
- N.°: -450
La apuesta del apretón de manos es fascinante, ya que refleja la dinámica política y social general que se desarrolla en 2024. Tradicionalmente, estrecharse la mano antes o después de un debate es un gesto tradicional de respeto y civilidad. Sin embargo, en el contexto actual de alta polarización, un apretón de manos entre Trump y Harris no está garantizado. El “No” con -450 refleja esta expectativa, ya que ambos candidatos podrían querer evitar la interacción física por diversas razones.
Tomemos como ejemplo el anterior debate entre Trump y Biden. Los candidatos se negaron a estrechar la mano antes o después del debate. Biden finalmente se acercó y estrechó la mano de los moderadores de CNN después del debate, mientras que Trump simplemente abandonó el escenario solo.
Desde la perspectiva de Harris, no estrecharle la mano podría ser una estrategia para distanciarse de Trump, tanto física como simbólicamente. Al evitar el apretón de manos, podría comunicar sutilmente que se niega a participar en la política que Trump representa.
Trump, por otro lado, ha sido históricamente conocido por sus saludos poco convencionales, que van desde apretones de manos agresivos hasta negativas rotundas. Dado su historial, no sería sorprendente que optara por no saludar, ya sea para enfatizar su desprecio por las normas políticas o como una maniobra calculada para desestabilizar a Harris. Alternativamente, Trump también podría iniciar el saludo para presentarse como una persona más influyente, convirtiendo la situación en una situación en la que todos salieran ganando, independientemente de la respuesta de Harris. Dicho esto, Trump literalmente nunca se muestra arrogante en nada.
Las probabilidades a favor del “No” parecen justificadas dado el clima político actual y las personalidades involucradas. Sin embargo, siempre existe la posibilidad de que ambos candidatos sorprendan a la audiencia optando por un apretón de manos tradicional, especialmente si alguno de ellos busca suavizar su imagen o atraer a los votantes indecisos que anhelan un retorno a la civilidad. El “Sí” con +300 ofrece una buena recompensa para quienes creen en el poder del teatro político o esperan una jugada calculada para demostrar bipartidismo.
Se habló de la necesidad de que ambas partes moderaran la retórica acalorada tras el intento de asesinato de Trump el 13 de julio. Aunque eso fue hace solo un mes, bien podría ser historia antigua. Ambas partes ya han descartado esa idea.
Apuesta: No (-450)
El color de la corbata de Trump
- Rojo: -3000
- Azul: +800
- Plata/Gris: +1000
- Verde: +1500
- Rosa/Morado: +1500
- Oro: +2000
- Marrón: +3000
- Naranja/Melocotón: +3000
- Sin empate: +5000
- Amarillo: +5000
- Blanco/Crema: +8000
- Pajarita: +10000
- Diseño completo de estrellas y rayas: +2000
- Negro: +6000
El color de la corbata de Donald Trump es más que una simple elección de moda; es una señal, parte de su imagen de marca y, a veces, incluso una forma de comunicación no verbal. Históricamente, Trump ha preferido las corbatas rojas, especialmente en apariciones públicas importantes, debates y mítines. La corbata roja se ha convertido en sinónimo de su personalidad, representando poder, audacia y su afiliación al Partido Republicano. La cuota de -3000 refleja esta fuerte asociación, convirtiendo al rojo en el gran favorito.
Sin embargo, en algunos casos, Trump se ha desviado de la corbata roja. Una corbata azul, aunque sigue siendo conservadora, sugiere un tono más bipartidista o conciliador, y Trump ha usado corbatas azules en situaciones en las que quería parecer más estadista o suavizar ligeramente su imagen. La probabilidad de +800 para el azul sugiere que, si bien no es la opción más probable, es una apuesta razonable si Trump quiere cambiar su mensaje durante el debate.
Trump es tan sinónimo de llevar corbata roja que varios de sus partidarios se vistieron de manera similar para apoyarlo durante su juicio en Nueva York a principios de este verano:
Otras opciones, como el diseño plateado/gris (+1000) y el diseño completo de estrellas y rayas (+2000), son menos comunes, pero no descartables. Una corbata plateada o gris podría transmitir seriedad y neutralidad, sobre todo si Trump busca atraer a votantes indecisos o mantenerse al margen de la contienda política. La corbata de estrellas y rayas sería una opción más llamativa, posiblemente usada si Trump quiere enfatizar su patriotismo y atraer a su base.
Dadas estas consideraciones, aunque el rojo es casi una apuesta segura, vale la pena considerar el valor de una apuesta por el azul a +800, especialmente si los asesores de Trump sugieren que debería proyectar una imagen más unificadora durante el debate. La opción de las barras y estrellas a +2000 es una apuesta arriesgada, especialmente si se cree que Trump podría optar por una imagen más impactante.
Apuesta: Azul (+800)
El color del atuendo de Harris
- Azul: PAR
- Negro: +250
- Plata/Gris: +700
- Rosa/Morado: +900
- Rojo/Borgoña: +900
- Marrón/Beige: +1500
- Verde: +1800
- Naranja/Melocotón: +3000
- Amarillo: +5000
- Blanco/Crema: +1200
- Oro: +2500
- Diseño completo de estrellas y rayas: +10000
Las elecciones de vestuario de Kamala Harris suelen ser deliberadas, reflejando tanto su estilo personal como el mensaje que quiere transmitir. El azul, el color más asociado con el Partido Demócrata, es el favorito, ya que es una elección lógica para Harris en un debate de alto nivel. Vestir de azul la alinearía visualmente con la identidad de su partido y reforzaría su papel como líder demócrata. El hecho de que sea el favorito habla de su simbolismo y su uso frecuente en el ámbito político.
El negro, con un +250, es otro fuerte candidato. Es un color poderoso y autoritario, que suele usarse para proyectar seriedad y autoridad. Si Harris quiere enfatizar su dominio de los temas o presentarse como una líder firme, el negro sería una opción adecuada. Además, es versátil, lo que lo convierte en una opción práctica para un debate televisado donde la presentación es clave.
Más allá de esto, el blanco/crema a +1200 ofrece un valor interesante. Históricamente, el blanco ha sido usado por las mujeres en política como un guiño al movimiento sufragista, simbolizando la pureza, la virtud y la larga lucha por los derechos de las mujeres. Harris ha vestido de blanco en momentos importantes de su carrera, incluyendo su discurso de aceptación de la vicepresidencia. Si quiere evocar este simbolismo, el blanco podría ser una opción poderosa y significativa, aunque las probabilidades sugieren que es menos probable. ¿Recuerdan la indignación mediática que causó cuando Barack Obama tuvo la osadía de usar un traje color canela? ¡Qué horror!
Otros colores como el rosa/morado (+900) o el verde (+1800) serían opciones menos convencionales, lo que podría indicar un deseo de destacar o conectar con votantes más jóvenes y más a la moda. Sin embargo, estas opciones son menos probables dada la naturaleza tradicional y seria de la vestimenta para los debates.
En términos de valor, si bien el azul es una apuesta segura y probable, el negro ofrece una rentabilidad ligeramente superior y es muy probable que sea el color predilecto. Para quienes buscan una opción más simbólica o impactante, el blanco/crema a +1200 podría generar un pago sorprendente si Harris decide hacer un gesto histórico.
Apuesta: Negro (+250)